18 de Septiembre de 2001

DESPUES DEL DESASTRE DE NUEVA YORK Y WASHINGTON

Acerca de los "Frankenstein" de la CIA

"Es difícil imaginar a la CIA corriendo para reclamar su crédito por un Frankenstein como éste", escribía ya, unos15 días antes del desastre de Nueva York y Washington, Michael Moran, director de Información Internacional de la Cadena MSNBC • Entre Osama Bin Laden, Luis Posada Carriles, Orlando Bosch, Jose Basulto y muchos otros, existe un punto común: el entrenamiento al terrorismo proveído por la CIA

POR JEAN-GUY ALLARD —especial para Granma Internacional

"ES difícil imaginar a la CIA corriendo para reclamar su crédito por un Frankenstein como éste", escribía ya, unos15 días antes del desastre de Nueva York y Washington, Michael Moran, director de Información Internacional de la Cadena MSNBC, acerca del ahora más "ilustre" alumno de la CIA, Osama Bin Laden, autor designado de este gigantesco atentado.

En este artículo premonitorio publicado en Internet el 24 de agosto último, bajo el título "Bin Laden and His CIA Connections Come Home to Roost", el periodista explicaba por qué y cómo el dirigente fundamentalista llegó a ser el más "confiable" discípulo de la CIA en Afganistán. Y también por qué y cómo se le escapó a la Agencia de Inteligencia este personaje, quien se transformó en su más temible enemigo.

"En la CIA, explica el autor del artículo, esto ocurre de manera suficientemente frecuente para que se le dé un nombre de código: blowback. Definido de manera sencilla, esto es el término que describe a un agente, un operativo o una operación que se ha volteado contra sus creadores. Osama Bin Laden, nuestro enemigo público, es la personificación de blowback".

Y si Bin Laden se reveló como un "blowback" la culpa la tiene la propia CIA. "Armar una coalición multinacional de extremistas islámicos en Afganistán en los años 1980 —mucho después de la destrucción de los cuarteles de los marines en Beirut o el desvío del vuelo 847 de la TWA fue un error histórico, subraya Moran.

UN SOCIO "CONFIABLE" EN LA GUERRA ENCUBIERTA CONTRA LA URSS

El periodista sigue con la historia de Bin Laden, tal como aparece en varios documentos que pudo obtener de la CIA o de otras fuentes.

Así se aprende que este heredero de una inmensa fortuna de la construcción, dejó su tierra natal, Arabia Saudita, en 1979 para ir a combatir a los soviéticos en Afganistán.

En 1984, Bin Laden dirigía ya una organización de fachada, la Maktab al-Khidamar —la MAK— que proveía dinero, armas y combatientes para el conflicto afgano.

Lo que no precisa la CIA, añade el periodista de MSNBC, es que el MAK fue "criado por los servicios de Seguridad del Estado de Pakistán, el Inter.-Services Intelligence Agency, o ISI, el canal por excelencia usado por la CIA para la guerra encubierta contra los soviéticos en territorio afgano".

Según Moran, la CIA, preocupada por el fraccionalismo tradicional de los afganos, había llegado a la conclusión que los combatientes fundamentalistas árabes que acudían a Afganistán para combatir eran bastante más comprensibles que los naturales del país envueltos en sus complejas rivalidades.

Así fue que Bin Laden, con un grupo de militantes islámicos procedente de Egipto, Pakistán, Líbano, Siria y de campos de refugiados palestinos, llegó a ser el socio "confiable" de la CIA en su guerra encubierta contra la URSS.

Al final de la guerra, en 1989, Bin Laden era siempre "considerado por la CIA como una especie de diletante —un muchacho saudita rico que se había ido a la guerra y era acogido como héroe por la monarquía saudita que Bin Laden había abandonado el MAK para establecer un grupo nuevo, al-Qaida, que incluía a muchos de los miembros más extremistas del MAK que había conocido en Afganistán.

Por supuesto, cuenta el periodista, "los involucrados en la decisión de dar a los rebeldes afganos acceso a una fortuna en financiamiento encubierto y armas del mejor nivel, siguen justificando su actuación por el contexto de la guerra fría".

"ESTO LO VALIA", DIJO ORIN HATCH

Escribe Moran que el Senador Orín Hatch, un republicano del Comité de Inteligencia del Senado y uno de los responsables de estas decisiones, confió a un colega periodista que haría lo mismo hoy aún sabiendo lo que Bin Laden iba a hacer más tarde. "Esto lo valía", dijo el político federal que añadió, como justificación, "que esto (la guerra de Afganistán) ha jugado un papel importante en el derrumbe de la Unión Soviética".

Recuérdese que este texto de Moran fue publicado en agosto... a menos de tres semanas del increíble atentado de Nueva York y Washington......

No se sabe qué opina ahora el Senador.

Moran señala luego que los documentos sobre las actividades de Bin Laden ligadas a la CIA son clasificados: "Es difícil imaginar a la CIA corriendo para reclamar su crédito por un Frankenstein como éste".

Sin embargo, afirma el periodista, en el medio de los años 1980, la CIA contaba con informaciones sobre la crisis en la infraestructura de la Unión Soviética. "La CIA, como su subdirector William Gates lo admitió durante un interrogatorio senatorial en 1992, había decidido mantener esta información fuera del conocimiento del presidente Reagan y sus asesores principales, y de continuar exagerando de manera grosera la potencia militar y tecnológica de la URSS en su informe anual Soviet Military Power, hasta 1990".

Así fue que se tomó la decisión de proveer a los enemigos potenciales de los EE.UU. con armas, dinero y —más importante aún— el conocimiento de cómo llevar una guerra de desgaste lo suficientemente violenta y bien organizada para humillar una superpotencia", concluye Moran, añadiendo que ahora es el momento de pagar la cuenta de una tal decisión.

El artículo publicado por la MSNBC — msnbc.co <http://msnbc.co/>m/news— permite darse cuenta hasta qué punto los servicios especiales norteamericanos —CIA, FBI y demás órganos de "inteligencia"— han fallado en el caso Osama Bin Laden... y uno no puede evitar hacer un paralelo con los Luis Posada Carriles, Orlando Bosch, José Basulto y otros "ilustres" alumnos de la CIA.

Y permite recordarse de la explosión de una aeronave de Cubana de Aviación en pleno cielo de Barbados, haciendo 73 muertos, —obra de Posada y Bosch— y de los ilegales y peligrosísimos vuelos llevados a cabo por encima de la capital cubana —obra de Basulto.

Mientras el FBI se consagraba intensivamente a transformar en "espías" a los cinco patriotas que actuaban para proteger a su patria de los terroristas anticubanos, en la misma Florida, comandos suicidas se preparaban para lo que iba a ser el más espectacular atentado de la historia... sin ser localizados y aún menos molestados por los responsables de aquella agencia policíaca, parte esencial de la Seguridad de EE.UU.

¿Cuántas veces los políticos y los órganos de seguridad norteamericanos siguieron tales razonamientos irresponsables, como los descritos por Moran, para tomar decisiones?

¿En el caso de Cuba, cuántos terroristas anticubanos han salido de los "talleres" de la CIA y de sus operaciones encubiertas en América Latina y cuántos han aprovechado la tolerancia o la ayuda del FBI?

Entre un Osama Bin Laden, autor presumido de los catastróficos atentados de Nueva York y Washington, un Posada Carriles o un Bosch, quienes hicieron explotar un avión civil cubano en pleno vuelo, y un José Basulto, quien mandó sus CESSNA en un sin número de vuelos de provocación por encima de La Habana, hay un punto común: el entrenamiento al terrorismo proveído por la CIA

El principal "crimen" reprochado a los 5 de Miami consistió en haber informado a La Habana sobre los vuelos ilegales y altamente peligrosos de la organización de José Basulto, por encima de la capital cubana, a pesar de múltiples advertencias y amonestaciones.

Estos vuelos, totalmente prohibidos por todas las reglas y los usos internacionales de aviación, y efectuados con avionetas CESSNA, recuperadas de las operaciones clandestinas de la CIA en América Central, representaban para Cuba un evidente problema de seguridad.

¿Después del desastre de Nueva York y Washington, cómo se podrá evitar reconocer la inmensa peligrosidad que representaban tales vuelos?

¿Cómo se podrá todavía negar el derecho de Cuba de protegerse por todos los medios de tales peligros?

¿Y cómo se podrá refutar la total inocencia de los 5 patriotas cubanos encarcelados y segregados en sus celdas de la cárcel federal de Miami? ¿En fin, quién enseñará a los servicios de inteligencia imperiales a desconfiar de sus Frankenstein?